viernes, 22 de enero de 2010

¡ Oiga que es de trinca ¡


Esta frase se la oí decir a mi padre el día que le dieron un pequeño roce en su estrenado Seat 124 allá por 1974. ¡De trinca ¡... curiosa palabra que definian a los coches recién sacados del concesionario, flamantes y a punto.Estaba seguro que no te iba a dar problemas ni calentarse en cuanto lo sacaras a autopista. Al menos así era entonces...
Y ojo, no solo en los de verdad, sino que cuando yo abría mi cajita verdinegra con el logo exin, sacaba el cochecito recién comprado a 300 pesetas y lo echaba a correr lo primero que recuerdo era esa olor a aceite y grasa.
Es mas en cuanto el cochecito empezaba a rodar el aceitillo se calentaba y olía mejor que unas tostas con ajo y tomate. Sin tener que tocarle a nada.Rodaba suave y sin hacer extraños.
¿A que viene a cuento todo este rollo nostálgico? se preguntaran ustedes...
Pues viene a razón del próximo reportaje que les voy a preparar.

¿Cuando ustedes han sacado un coche nuevo del concesionario les ha dicho el vendedor que lo primero que tiene que hacer es cambiarle los amortiguadores, o la admisión del colector de escape para que no parezca un tractor?.
¿verdad que no?

Permanezcan atentos...